Fukushima, la pesadilla continúa

 Fukushima, la pesadilla continúa

21 de agosto de 2013

Ni la empresa responsable, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), ni las autoridades japonesas han sabido reaccionar a tiempo ni tomar medidas adecuadas.

Los vertidos producidos de decenas de miles de toneladas de agua radiactiva al mar que se han producido en Fukushima son en sí mismos una catástrofe ecológica de primer orden. Se están contaminado los fondos y ecosistemas marinos y Japón queda condenado a realizar controles de las aguas, de las especies pescadas y de las algas durante décadas. Todos estos nuevos sucesos ponen una vez más de manifiesto el peligro que supone el uso de la energía nuclear, que no compensa las ventajas obtenidas. Las centrales nucleares son inherentemente peligrosas y es imposible garantizar su seguridad al100%, como recuerda Ecologistas en Acción.

Ni la empresa responsable, TEPCO, ni las autoridades japonesas han sabido reaccionar a tiempo y valorar la dimensión del problema. Se han vertido ya decenas de miles de toneladas de agua radiactiva al océano sin que las medidas tomadas consigan evitarlo. Los impactos sobre los ecosistemas pueden ser grandes y ya se han detectado peces radiactivos.

Se ha conocido que durante todos estos meses y desde una fecha indefinida se han estado fugando al mar unas 300 Tm de agua radiactiva al día. La lucha por la refrigeración de los reactores accidentados y las filtraciones de agua subterránea que están en contacto con materiales radiactivos procedentes de los reactores han hecho que las cantidades de radiactividad descontrolada en el agua sean inmensas y que las medidas tomadas hasta ahora resulten inútiles. Llama la atención la tardanza en reaccionar por parte de TEPCO que no ha sido capaz de frenar estas fugas. Las autoridades japonesas han sido demasiado benevolentes con esta empresa que no es capaz de gestionar las consecuencias.

Las acciones a tomar pasan por frenar las fugas mediante la impermeabilización del terreno, tal como se está haciendo ahora, y por bombear el agua de las filtraciones y almacenarla como residuo radiactivo. Esto generaría el problema adicional de la gestión de las enormes cantidades de agua radiactiva.

El mundo debería aprender la lección, tomar medidas para prescindir de la energía nuclear y sustituirla por energías limpias, que ya están disponibles en la actualidad. De hecho, la energía eólica produce más de cuatro veces la electricidad que produce la nuclear en la actualidad en el mundo.

Fuente: http://ecologistasenaccion.org/article20037.html

VOLVEMOS A PREGUNTAR ¿QUIÉN CONTROLA?

VOLVEMOS A PREGUNTAR, ¿QUIÉN CONTROLA?

            No recuerdo cuantas veces se ha hecho la misma operación pero si puedo afirmar que no es la primera y la historia se repite.

Se trata de un trabajo que SIRVE PARA NADA. 

El día 21 de agosto de 2013, una cuadrilla de trabajadores, presuntamente contratados por el ayuntamiento de Sta. Mª. de Guía, ha limpiado la margen derecha de la carretera que nos conduce desde La Atalaya a Becerril, pasando por el molino y El Bardo.

            Se ha limpiado de matorrales una zona que no encierra peligro de incendios, que no dificulta la visibilidad de los conductores y que no va a facilitar el tránsito de personas, pues ese trabajo sólo pone de manifiesto  que donde debía haber una acera hay un pedregal y que dentro de tres meses las aulagas se apoderarán, como en ocasiones anteriores, del territorio durante otros diez meses más, ¿o es que van a poner la acera?.

Me recuerda esta actuación a cuando en la mili nos ponían a recoger colillas o piedrecitas en el campo de instrucción.

Bajo nuestro punto de vista es una forma de tirar el dinero cuando esa mano de obra se podría emplear en otros menesteres como adecentar la entrada a La Atalaya, limpiar y adecentar jardines, limpiar las barranqueras, cuidar los alrededores del tanatorio y del cementerio y un largo etcétera que el ayuntamiento debía tener previsto.

Con actuaciones como esta no se revaloriza el rico patrimonio natural que posee Santa María de Guía  ni vale para la dinamización y el desarrollo socioeconómico de esta localidad.








Este será el aspecto recuperado dentro de tres meses, como en ocasiones anteriores.

¿QUIÉN CONTROLA?

¿QUIÉN CONTROLA?
La crisis nos ha puesto de manifiesto que en este país, aparentemente, no controla ninguna administración. El pueblo paga sin rechistar y si se protesta se fabrica una ley o un decreto de obligado cumplimiento.

Lo que exponemos a continuación es una nimiedad pero son tantas y otras tan gordas que debemos estar al loro para evitar el despilfarro.
Este es el panorama contemplado el pasado 13 de Agosto de 2013 en un terreno privado, situado junto a la Cruz de Santiago  a la entrada de La Atalaya, cuyo muro de separación de la cosa pública está caido.

En ese terreno privado no se realizan trabajos de jardinería, ni de ningún otro tipo, y si en sus inmediaciones.
No sabemos quienes hacen tales destrozos, derrochando un material que puede ser aprovechable. Desde luego está claro que no es cosa de un vecino y da la sensación de que sí lo es de una empresa o institución pública.
Si es de una empresa da lugar a pensar de que tira la casa por la ventana, para echar el cierre y despedir trabajadores y si es de una institución da que pensar muchas cosas, que no me atrevo a exponer y que dejo a la libre imaginación del que lee.
Ese mismo lugar es un lamentable vertedero de ropa dando un aspecto deplorable. Imagen turística por excelencia, cuando hacemos una parada para leer la inscripción al pie de la Cruz y luego miramos los alrededores para encontrarnos con el triste panorama dando la sensación de que no tenemos deudas, que somos ricos a pesar de la crisis y que no andamos con nimiedades.