martes, 26 de agosto de 2008

EL TREN PARA GRAN CANARIA




Canarias en general, y Gran Canaria en particular soporta una gran densidad de población, que no es lógico pensar vaya a reducirse con el paso del tiempo, más bien todo lo contrario. Por otra parte, el parque automovilístico de la isla va en constante aumento y cada vez son más los hogares donde hay más de un vehículo, comprobándose un aumento considerable en los últimos años en nuestras calles y carreteras del número de ellos.
Si echamos un vistazo al pasado no muy lejano y hacemos un poco de memoria, recordaremos otros tiempos en los que carreteras, ciudades y pueblos presentaban un volumen del tráfico muy inferior al actual. En esta misma línea y haciendo una pequeña proyección hacia el futuro, no nos costará gran esfuerzo llegar a la conclusión de que, en pocos años tendremos un colapso circulatorio en la isla por la limitación de espacio disponible para la construcción de nuevas carreteras.
En las islas gozamos de muchas ventajas por todos conocidas, pero también de muchos inconvenientes, y uno de ellos es la limitación de espacio con el que, por muchas carreteras que se construyan acabaremos irremediablemente tropezando.
Por todo ello, la única alternativa viable es una apuesta seria y decidida por transporte público intermodal, es decir, una línea costera de ferrocarril que enlace los principales pueblos costeros de la isla, combinada con líneas de guaguas que enlacen los distintos pueblos de interior entre si y a su vez con las estaciones o apeaderos del tren. De este modo, cualquier ciudadano que necesite trasladarse a otro lugar de la isla, tenga siempre accesible una combinación de transporte público en función del potencial número de usuarios. Al hilo de esto último podemos añadir que, el incremento potencial de viajeros para una zona concreta no está en los que habitualmente utilizan el transporte público –que también-, sino en los que estarían dispuestos a dejar los coches en su casa por las diversas ventajas que le ofrece el tren: economía, tranquilidad, puntualidad, rapidez, seguridad, etc.
Además de lo anteriormente expuesto, podríamos añadir un sin fin de consideraciones de tipo medioambientales, sociales, de salud pública, económicas, etc., que indudablemente nos inclinan a pensar en el tren como la mejor alternativa dentro de un plan seriamente planificado y combinado con el resto de transportes públicos existentes.


Por lo tanto, esta Asociación de vecinos comparte y apoya al Cabildo de Gran Canaria en su decisión de incorporar este medio de transporte a la isla. Nos parece una decisión inteligente y con previsión de futuro. No obstante, nos parece un error dejar al Norte de la isla fuera del proyecto inicial. Los habitantes de esta comarca tenemos amargas experiencias en cuanto al olvido institucional al que históricamente nos tienen acostumbrados, y tememos que la no inclusión de esta comarca en el proyecto inicial venga a significar a la larga treinta o cuarenta años de retraso en su instalación, como así ha sucedido con las carreteras, de lo que actualmente seguimos sufriendo las consecuencias.

Independientemente de los temores anteriormente expresados y que son una inquietud constatada por los vecinos del Norte, no acertamos a entender como puede dejarse fuera de proyecto un enlace ferroviario con uno de los principales puntos de conexión con nuestra hermana isla de Tenerife. Me estoy refiriendo naturalmente el Puerto de Las Nieves en Agaete –en el que además próximamente se acometerá una ampliación-, por el que a diario embarcan y desembarcan miles de viajeros que, en su gran mayoría, no tienen como origen y destino esta comarca sino en el resto de pueblos y ciudades de la isla y que, por lo tanto deben hacer uso del transporte público o vehículos particulares para dirigirse a sus respectivos destinos.
Es de sobra conocido además, el gran número de personas que cada día deben trasladarse desde el norte a la capital de la isla para trabajar, estudiar, consultas médicas, trámites administrativos, compras, etc., a los cuales se les privaría de un transporte público seguro, cómodo, rápido y medioambientalmente sostenible. Indudablemente, la instalación de una línea ferroviaria hasta Agaete significaría un impulso muy importante para la comarca a todos los niveles. De no hacerlo quedaríamos relegados una vez más al vagón de cola (pero sin tren).

Los retrasos acumulados históricamente en el Norte en cuanto a infraestructuras de todo tipo son de sobra conocidos, especialmente las referentes a comunicaciones viarias. En cuanto a la carretera del Norte aún están por concluir todas las obras que den fiel reflejo del nombre de la carretera (Autovía GC-2), lo que nos tememos que irá para largo, puesto que actualmente las características propias de una autovía sólo las tiene hasta el desvío de Arucas. A partir de ahí tenemos pasos de peatones, semáforos, rotondas, límites de velocidad de 50 km/h, y un sinfín de obstáculos circulatorios que son los causantes del colapso actual, con interminables retenciones a la ida y a la vuelta, circunstancias éstas incompatibles con la definición y el objeto de una autovía. Esperamos que la pronta conclusión de las obras iniciadas y la inmediata ejecución de las pendientes, den solución a gran parte de los problemas históricos de esta comarca.

A nuestros problemas circulatorios no han ayudado mucho las actuaciones acometidas en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria, el cual ha vivido históricamente de espaldas al Norte. Para ello sólo hay que observar las salidas y entradas a la capital desde el sur; no hay ningún tipo de problemas, tanto a la entrada, como a la salida; la ejecución de la circunvalación ha venido además a incidir en esta línea, diversificando las vías de acceso. Cuando hablamos del enlace de la Capital con el Norte es otra cosa; la salida principal por el túnel Julio Luengo está precedida por un semáforo y una rotonda; si venimos por la circunvalación y pretendemos salir hacia el norte nos encontraremos al final de la misma con un semáforo (increíble pero cierto). La entrada desde el Norte no es menos complicada por el ya citado túnel de Julio Luengo, con una incorporación a la avenida marítima regulada por semáforo, lo que ocasiona interminables atascos circulatorios dentro y fuera del túnel.
Incluso las conexiones hacia el Centro de la isla - gracias a la circunvalación- son mucho mejores que hacia el Norte.

Por todo lo anteriormente expuesto, estimamos de vital importancia LA INCORPORACIÓN INMEDIATA DEL RAMAL NORTE HASTA AGAETE AL PROYECTO DEL TREN PARA GRAN CANARIA, SIN OLVIDAR A LA ALDEA DE SAN NICOLÁS.

PARA QUE EL NORTE NO SIGA SIENDO EL VAGÓN DE COLA DE GRAN CANARIA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La masificación automovilística a medio plazo va a ser algo inevitable. Tenemos que empezar ahora a planificar nuestro modelo de transporte público, no cuando tengamos el problema encima.

El Norte siempre el gran olvidado.