martes, 17 de noviembre de 2009

EN EL NORTE ESTAMOS ATASCADOS (II)


Decíamos en el comentario anterior que volvemos a repetir el modelo histórico de atrasos y despreocupación por los problemas del Norte. Otra muestra de lo que decimos la tenemos en el proyecto de tren para el Norte de Gran Canaria, del que hemos podido saber que sólo contempla su ejecución hasta Arucas, dejando fuera del mismo al resto de la comarca norte de esta isla -incluido el enlace con el Puerto de Agaete. En este punto se contradicen una vez más con lo que habitualmente son los argumentos expuestos para justificar la necesidad del tren, como es unir los principales nudos de comunicación, especialmente puertos y aeropuertos.
Son principales responsables de estos atrasos, en primer lugar los dirigentes norteños, políticos de todas las épocas y colores que han sido incapaces de unirse para reivindicar problemas y necesidades comunes por encima de conveniencias o componendas políticas. También son responsables los dirigentes insulares que han mirado históricamente hacia el sur, con la fijación en la gallina de los huevos de oro -léase turismo-, olvidando totalmente las potencialidades del sector primario y el resto de sectores –incluido el turístico- que aún esperan su oportunidad en el Norte.

Pero volvamos al tren. ¿En qué estudios se han basado para dejar fuera de este proyecto al Norte? ¿En el poblacional, el orográfico, el especulativo... ,o el de servicio público?
Tradicionalmente se ha admitido que el transporte público sea deficitario (algo que no compartimos), es decir, que requiera siempre del respaldo de las Administraciones Públicas para su funcionamiento (Ej. Global, Guaguas Municipales, ect.). Partiendo de la base de que es eso, un servicio público, entonces ¿por qué ahora se deja fuera de este proyecto al Norte alegando la poca viabilidad económica? Y si en el futuro resulta que el tren no es rentable ¿van a permitir que a los habitantes del norte se nos descuente de nuestros impuestos el coste del mantenimiento del tren del Sur y de Arucas? Porque el servicio de guaguas lo pagamos todos y lo disfrutamos todos, pero el tren ¿podremos disfrutarlo todos?... Seguro que no. Pagaremos religiosamente por un servicio que no podremos disfrutar, de hecho ya vamos a pagar con nuestros impuestos una infraestructura carísima que no podremos utilizar.

Históricamente en el Norte hemos carecido de una clase política ambiciosa –en el mejor sentido de la palabra-, limitándose a obedecer órdenes y directrices partidistas que le marcaban el paso en cada momento, echando siempre la culpa a los demás –léase instituciones gobernadas por otro color político- en lugar de tomar las riendas de los problemas. Los problemas de la carretera y el tren son sólo un ejemplo de lo que decimos. Con la carretera hemos consentido tanta desidia que ahora tenemos que sufrir las consecuencias, y con el tren pasará exactamente lo mismo.
Los políticos norteños han tomado posesión de sus cargos siempre con muy buena disposición, no podemos negar que se han hecho cosas buenas, pero llegado un momento se han dejado arrastrar por la vorágine política (en su más perversa concepción), olvidando los principios o motivaciones que le impulsaron en su día a iniciar su actividad política. Estamos convencidos que la mayoría ha entrado en política con muy buenas intenciones, pero al tiempo se han dejado “contaminar”. Una muestra de lo que decimos la tenemos en el contenido de los plenos municipales de los distintos Ayuntamientos norteños, en los que gran parte de los contenidos se desarrollan fuera de la política y de los problemas municipales, en un enfrentamiento partidista que en nada beneficia al pueblo al que representan.
Todos hemos sido testigos de la fuga de empresas hacia enclaves con menos problemas circulatorios y de accesibilidad. Y la fuga de empresas significa, como todo el mundo puede comprender, fuga de puestos de trabajo, y en el Norte entendemos mucho de eso. Una gran parte de los ciudadanos que actualmente viven en el Norte, tienen sus puestos de trabajo fuera de su comarca, obligados por la falta de alternativas laborales -con el sobrecoste económico que ello conlleva. Otras, teniendo casa o terreno donde construir no han podido establecer su domicilio en la comarca por culpa de la carretera. Otra mayoría malvive del paro o la economía sumergida. Muchos son los que aspiran a un puesto en el Ayuntamiento –en lo que sea- como única vía que garantice unos ingresos estables.
¿Dónde están los proyectos para el Norte? ¿Dónde están las actuaciones turísticas? Proyectos alternativos y complementarios a la oferta de sol y playa. Proyectos de salud, rural, senderismo, basados en la calidad y la excelencia, que además consuman productos de la zona, con lo cual conseguimos revitalizar la agonizante agricultura y ganadería locales. En este último punto se debe apostar por la calidad gastronómica y ahí tenemos que trabajar por la formación y cualificación de los profesionales del sector. No hay decisión, no hay iniciativa en la clase política, no se escucha a los sectores, a los empresarios. Se está siempre pendiente de las directrices de "arriba”, no vaya a ser que sin querer le hagamos la puñeta al Consejero de turno.
Debemos y tenemos que escuchar al sector empresarial para, cuidando lo que tenemos, fijar nuevos objetivos, sin repetir errores propios y ajenos. Tenemos una lanzadera comercial con la vecina isla de Tenerife a través del puerto de Agaete. Aprovechemos nuestros puntos fuertes y reforcemos los débiles. Y sobre todo hagamos política comarcal, son muchos los intereses comunes. La unión hace la fuerza –por encima de intereses partidistas-. La historia ya se ocupará de poner a cada uno en su sitio.

No tengan tanta prisa por alcanzar puestos políticos de relevancia. Dejemos que el éxito, si viene, nos sorprenda trabajando.

Seguro que habrá quien nos diga que nos estamos metiendo en política, pero si ocuparse y preocuparse por los problemas de los vecinos y de nuestra comarca norte es meterse en política, pues si, nos estamos metiendo en política. Ya nos gustaría que las cosas fuesen de otra manera. Lo estamos deseando.

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